Código: 0096-20
Resumen:
Resumen Las reflexiones que hoy en día se hacen sobre la naturaleza y el cuerpo como modos de conocimiento cada vez son más necesarias. Las diferentes ciencias han encontrado puentes y sistemas comunes desde donde proponer nuevas respuestas a necesidades actuales. En la presente investigación se abordará desde la unidad de conocimientos que plantea Harvey, la idea de cuerpo del individuo en tanto cuerpo social y su necesidad de un espacio para ser persona en medio de la urbe. Dados los desequilibrios territoriales causados por el capitalismo sobre el cuerpo físico y social del planeta, es necesario el estudio de las relaciones entre la naturaleza ecosocial y el cuerpo de los individuos, que nos conduzcan a una nueva bioutopia planetaria o heterotopía. Una nueva versión del Principio de Esperanza de Ernst Bloch justificándo el valor intrínseco de la utopía, pero esta vez desde la materialidad de una filosofía más práctica. Hablamos de evidenciar también los derechos biopolíticos de los seres que habitan el planeta. Derechos que pueden incluir a otras especies y partes de la naturaleza como los ríos o el paisaje. El derecho al paisaje contempla una visión ecoplanetaria que puede salvaguardar muchas prácticas humanas del estractivismo. También puede procurar salvaguardar la salud pública y lo que David Hardey plantea desde el neomarxismo como Espacio de esperanza. Un lugar al que tenemos derecho como sujetos naturales, corporales y sociales ya que el capital ha aniquilado el espacio a través del tiempo, convirtiendo los territorios en espacios para la extracción únicamente. A partir de este nuevo análisis se podrán visibilizar con más claridad las relaciones expuestas en el anterior trabajo de investigación sobre Los jardines domésticos como restauradores de la pisque de sus habitantes. Pero también se evidencia que estos espacios de esperanza, donde los individuos son recuperados como sujetos sociales a partir de Ser de nuevo sujetos corporales,con conocimiento de su materialidad y su dimensión estética y ética, son muchos más que estos jardines o una idea sin dimensión práctica. Lo que nos lleva a nuevas reflexiones epistémicas, estéticas y bioéticas. Los cuerpos son territorios epistémicos donde suceden narraciones simbólicas, a partir de experiencias estéticas y estos a su vez construyen los discursos éticos y políticos. La biopolítica planetaria recuerda que el cuerpo no es solo el que trabaja sino que es un sistema diverso que es parte de otro sistema global con repercuciones múltiples. Hacer de la esperanza, de la heterotopía un tópico con referentes materiales tangibles es sin duda un salto epistémico importante de estudiar desde la filosofía para ser comunicado.
